Fuentes judiciales informaron que el imputado de “tentativa de femicidio“, “amenazas agravadas” y “lesiones” contó con la asistencia de una defensora oficial, pero atento a que en los próximos días pasaría a estar representado por un abogado particular, ambos consideraron que la mejor estrategia era que mantuviera silencio.

Según trascendió, el detenido no para repetir que no se acuerda lo que sucedió. Que no sabe cómo fue que golpeó a su pareja, la amenazó con un cuchillo, golpeó a su vecina y, luego, tomó a sus hijos de 5 y 6 años y se los llevó en auto al gritó de “voy a matarlos”.

Por lo pronto, y mientras la fiscal Gómez avance con la causa, el sargento continuará alojado en la Unidad Penal 44 de Batán en un pabellón especial reservado para miembros de las fuerzas de seguridad detenidos, que está separado de la población común. Además, según trascendió, en ese pabellón trabaja la expareja del imputado, quien es una agente del Servicio Penitenciario.

Los investigadores optaron por separar al imputado de la población carcelaria común para evitar cualquier conflicto y cualquier ataque contra su integridad, tanto que pueda ser causado por terceros o por él mismo.