La salida de Santiago Bonifatti y la asunción de Daniel Martínez trae un cambio de paradigma en el ente.
El Ente Municipal de Servicios Urbanos (EMSUR) inició una nueva etapa tras el recambio de autoridades decidido por el Ejecutivo local. La salida de Santiago Bonifatti de la presidencia y la asunción de Daniel Martínez, con Cristian Beneito como vicepresidente, traen un mensaje más relacionado al ámbito político que al plano ambiental.
Históricamente vinculado a la limpieza, el mantenimiento y la gestión ambiental, el EMSUR queda ahora atravesado por nombres de peso político, que tienen cercanía con Guillermo Montenegro y participaron en los operativos mediáticos contra los “trapitos”.
EMSUR, cambio de presidencia y de perfil
Durante la gestión de Bonifatti, el ente mantuvo un perfil mayormente técnico, con foco en la prestación de servicios esenciales. Su administración no estuvo exenta de cuestionamientos, pero se desenvolvió dentro de los márgenes tradicionales del organismo.
El arribo de Martínez supone un cambio de lógica. Su trayectoria en la función pública está ligada a áreas de seguridad y control urbano, con una participación activa en operativos de la Patrulla Municipal y una presencia constante en situaciones controversiales en la vía pública.
Su designación parece reforzar la idea de que el EMSUR puede convertirse en una herramienta complementaria dentro de la estrategia de orden urbano impulsada por el Municipio.
Imagen: La Nación
Daniel Martínez: perfil autoritario y polémico
El nuevo presidente del EMSUR es una figura identificada con la aplicación de políticas de control frente a la presencia de “trapitos” y limpiavidrios, especialmente en zonas céntricas y turísticas. Para sectores del oficialismo, su nombramiento responde a la necesidad de dar respuestas visibles a reclamos de vecinos y comerciantes que exigen mayor regulación del espacio público.
En este contexto, el desafío para Martínez será conducir un organismo de servicios urbanos sin trasladar de manera automática una lógica de seguridad a un ente cuya función principal dista bastante del que formaba parte previamente.
Cristian Beneito: respaldo político y discurso de orden
La vicepresidencia quedó en manos de Cristian Beneito, ex concejal y dirigente con un discurso público alineado con la necesidad de “orden y decisión política”. Beneito fue uno de los principales defensores del polémico accionar de Montenegro con su campaña contra los trapitos.
Su incorporación llega para nutrir el carácter político de la nueva conducción del EMSUR. A diferencia de perfiles técnicos, Beneito aporta una lectura ideológica clara sobre el rol del Estado en el espacio público, donde el orden aparece como condición para el desarrollo urbano.
Esa postura, sin embargo, también ha sido señalada como riesgosa por sectores que advierten sobre la estigmatización de la pobreza y la simplificación de conflictos complejos.
Imagen: Punto Noticias
Un ente clave en el centro del debate urbano
El EMSUR cumple un rol central en Mar del Plata. El giro en su conducción despierta interrogantes sobre cómo se articularán las políticas de servicios urbanos con una agenda más dura en materia de convivencia.
La problemática de los trapitos, convertida en uno de los ejes del discurso oficial, funciona como símbolo de una discusión más amplia: cómo gestionar el espacio público en una ciudad atravesada por desigualdades sociales y tensiones crecientes entre vecinos, trabajadores informales y el Estado.
Una gestión bajo observación
Con Martínez y Beneito al frente, el EMSUR inicia una etapa que será observada de cerca. El desafío no será solo mejorar la eficiencia de los servicios, sino evitar que el organismo quede identificado exclusivamente por sus roces ante determinados actores y sectores.
En ese delicado equilibrio entre orden, gestión y sensibilidad social se jugará buena parte del futuro de la nueva conducción y del rol que el EMSUR asuma en el modelo de ciudad que impulsa el gobierno municipal.
